lunes, 12 de febrero de 2024

EL PODER DE LAS PALABRAS

Quizás no te hayas parado a pensar en el poder que te otorgan tus palabras, esas que nos permiten comunicarnos, abrirnos a lo demás, entender el mundo y entendernos.

Una palabra puede causar dolor y puede sanar. Todos lo sabemos, todos lo vivimos. Las palabras hacen y deshacen nuestras relaciones, enamoran y destruyen; le dan sentido a las cosas que hacemos y que nos pasan. Ganan o pierden negociaciones. Generan ideas y proyectos y determinan cómo lo pasamos en el camino. Son sin dudas nuestro principal poder, como dice Dumbledore (en Harry Potter), “nuestra más inextinguible fuente de magia”.

Pero también conviene no olvidar que son generadoras o no, de un adecuado autoconcepto en nuestros hijos/as, en nuestro alumnado.

En la autoestima influyen dos elementos: -lo que nosotros pensamos, nuestra propia opinión de nosotros mismos (autoconcepto) -la opinión que los demás EXPRESAN de nosotros, especialmente si es gente que nos importa. Pero este aspecto tiene mucho que ver con el anterior. Si pensamos que valemos poco, no estamos satisfechos con nuestra persona, lo más probable es que las personas con las que nos relacionamos tampoco nos consideren lo suficiente. Si por el contrario, tenemos sentimientos positivos sobre nuestra valía personal, pensamos en positivo sobre nosotros mismos, aumenta nuestra autoestima y los demás nos valorarán positivamente.

Para el niño con poca autoestima las relaciones personales son tremendamente importantes: busca en los demás el apoyo y la aprobación que no encuentra en sí mismo. Pero tiende a malinterpretar la comunicación y las actitudes de los demás, terminando por creer que los otros piensan de él lo que él piensa de sí mismo. Esta es una causa muy frecuente de que se frustren las amistades de los niños que tienen poca. autoestima Si el niño siente que no le gusta a los demás o que no se le valora, actuará como si esa fuera la actitud de los demás, lo sea o no en realidad.

Frases como: "Estoy orgulloso de ti", “Aquí estoy”, "Quiero comprenderte", "Confío en ti", “Te quiero”, “Has sido capaz de hacerlo”, “Si necesitas algo, pídemelo”, tienen un poder incalculable en la construcción de la autoestima.

Enseñemos con nuestras palabras a DIFERENCIAR ENTRE UNA CONDUCTA Y/O LA IDENTIDAD. El niño/a entonces no solo procesa que ha tenido una conducta equivocada, sino que siente que él, como persona es malo. El adulto debe diferenciar públicamente esos conceptos, evitar la crítica, (ya que ella va socavando permanentemente la valía de la persona y tiene efectos negativos en la imagen personal) y la generalización. Si la crítica reiterada o el castigo van acompañados de una actitud de enojo, rechazo o amenaza, aumentan sus efectos; así como su sensación de inseguridad,


Y en nuestras RELACIONES SOCIALES, cuánto bien – o no- pueden hacer las palabras. Os invito a ver este vídeo y reflexionar sobre él. Se trata de un experimento social: la plataforma de streaming Netflix ha realizado una campaña de concienciación en la que un grupo de jóvenes habla sobre el acoso escolar que ellos han vivido o presenciado en su entorno, siendo la palabra el arma poderosa que destruye o dignifica. ESTO TAMBIÉN HAY QUE ENSEÑARLO.