No tenemos una respuesta avalada científicamente pero sí venimos observando, desde hace varias generaciones, que cada vez nuestro alumnado de los primeros cursos muestra menos entusiasmo por el dibujo y/o el coloreo.
Queda ya lejos la alegría con la que recibían un cuaderno para colorear como el mejor de los regalos. ¿La razón? la alternativa al tiempo libre se ha impuesto: maquinita rectangular donde todo cabe y donde todo es posible, a veces hasta apagar la creatividad y sustituir la pinza digital por ese dedo que hace pasar las pantallas buscando rápidamente más y más estímulos audiovisuales…
¿Nos resignamos?
No tenemos por qué, convencidos de que el dibujo le ayuda a desarrollar su percepción, emoción e inteligencia. El niño contará con más medios para expresarse, pues sirve como instrumento en una etapa en que las palabras todavía faltan, y a veces surgen problemas para decir lo que piensan y sienten. Además, se potencia la creatividad y habilidades motoras, siendo una oportunidad de ponerlas en práctica.
Una buena forma para estimular a vuestro hijo/a es creando un espacio, un rincón para colgar sus dibujos. Así, cuando vengan los amigos y familiares, podrán "visitar" la exposición. El rincón puede ser en un cuadro de corcho en la puerta del armario de la habitación, en el marco de atrás de la puerta de entrada de la casa o en cualquier otro lugar; o colocando un “tendedero” entre dos paredes donde exhibir esas obras de arte con pinzas. Esto hará que el niño sienta seguridad y confianza en lo que hace.
Os proponemos 8 Materiales y 8 Técnicas. ¡Y a divertirse creando!